Cajon de sastre / Cineclub Juegatenista 14) El hombre que pudo reinar.

14) El hombre que pudo reinar.


EL HOMBRE QUE PUDO REINAR

(THE MAN WHO WOULD BE KING, 1975)

 

 

DIRECTOR: JOHN HUSTON

 

INTÉRPRETES PRINCIPALES:

 

  • SEAN CONNERY: DANIEL DRAVOT
  • MICHAEL CAINE: PEACHY CARNEHAN
  • CHRISTOPHER PLUMMER: RUDYARD KIPLING

 

CANDIDATA A CUATRO OSCAR:

 

  • MEJOR GUIÓN ADAPTADO (JOHN HUSTON y GLADYS HILL)
  • MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA (ALEXANDRE TRAUNER y PETER JAMES)
  • MEJOR VESTUARIO (EDITH HEAD)
  • MEJOR MONTAJE (RUSSELL LLOYD)

   

Sinopsis. Rudyard Kipling, corresponsal de The Northern Star, está en su oficina cuando se le acerca un tipo harapiento a quien no reconoce. Resulta ser su viejo conocido Peachy Carnehan, un sargento masón, retirado del Ejército británico, a quien había conocido años atrás. Peachy le recuerda que en esa misma habitación, “hace tres veranos y mil años”, él y su compañero de armas Daniel Dravot firmaron en su presencia un contrato de mutua lealtad del que Kipling fue el único testigo.

La acción se traslada al pasado, cuando Peachy Carnehan le roba a Kipling su reloj de bolsillo en una estación de tren en la India. Pero cuando el ladrón reconoce por el símbolo que corona la cadena del reloj que Kipling también es masón, sube a su tren con la intención de devolvérselo. Allí, le pide al escritor que en ocho días dé un recado a un amigo suyo ya que él debe partir hacia el sur. Kipling encuentra a dicho amigo, Daniel Dravot, y le da el mensaje.

Poco después, Carnehan y Dravot cuentan a Kipling su próximo plan. Hermanos masones, los resueltos ex militares han arriesgado sus vidas por Gran Bretaña, como tantos otros como ellos, y han ayudado a hacer del país de la Reina Victoria la primera potencia mundial. Sin embargo, su recompensa ha sido la pobreza y el olvido. Orgullosos, descarados y sin un penique, ambos han decidido que la próxima vez se jugarán el cuello en beneficio propio. Su objetivo es convertirse en reyes de la lejana Kafiristán, una región de tribus guerreras. "Ningún hombre blanco ha salido de allí con vida desde Alejandro", dice Kipling. "¿Qué Alejandro?", pregunta Peachy. "Alejandro Magno, rey de Grecia", responde el periodista. "Pues si lo hizo un griego lo haremos nosotros", remata Peachy. Tras sobrevivir a los salteadores afganos, los dos amigos se adentran en el Hindukush. Danny queda ciego temporalmente por la nieve y sigue el camino cogido a la cola de una mula. Es en su paso por las montañas cuando en un momento crucial podemos entender la idiosincrasia de los dos personajes y como su amistad va más allá de lo usual. Atrapados en la nieve y creyéndose ya muertos, los dos amigos rememoran viejas hazañas del ejército, cantan y ríen. Durante mucho tiempo han vivido día a día, y juntos han sorteado muchos peligros y esquivado muchas flechas y balas. Saben aceptar lo que el destino les depare. En ningún momento hay reproche alguno, y ambos esperan el final con alegría. Pero el alud que provocan sus risas les abrirá el camino hacia Kafiristán.

Llegados a la tierra prometida, un lugar donde no hay ninguna autoridad que aúne a las diferentes tribus, Peachy y Danny pondrán en marcha su plan: presentarse en el primer poblado que encuentren y ofrecer sus servicios y sus rifles para crear un ejército moderno y derrotar al resto de tribus. Para ello contarán con la ayuda inesperada de Billy Fish, un gurka que ha servido en las filas británicas y que hará de traductor para los dos ingleses. En una de las batallas, Daniel es herido en el pecho por una flecha, a pesar de lo cual sigue vivo y luchando. En realidad, la flecha ha ido a dar en la bandolera que lleva por debajo de la ropa, quedando allí clavada, pero los nativos no lo saben, y le consideran el heredero de Alejandro Magno.

Cuando llegan a la ciudad santa de Sikandergul invitados por el Gran Sacerdote, éste toma equivocadamente su medalla masónica por símbolo de Alejandro Magno y confirma que Daniel es el hijo del gran rey de Grecia. Daniel se deja coronar como monarca de todo Kafiristán; el Gran Sacerdote le muestra los grandes tesoros que aún conservan desde los tiempos de Alejandro y que ahora le pertenecen a él.

Daniel comienza a alimentar delirios de grandeza. Cree que estaba destinado a convertirse en rey y sueña con construir un auténtico país y fundar una dinastía. Decide tomar como esposa a la nativa más bella, Roxana, frente a la inconformidad de los sacerdotes, que consideran que un dios no debe contraer matrimonio. Roxana, temiendo no sobrevivir al casarse con un dios, muerde a Danny hasta hacerle sangre en la ceremonia de la boda. Ante esto, los sacerdotes se dan cuenta de Daniel es humano. Les persiguen a él y a Peachy y son detenidos. Daniel es obligado a caminar hasta la mitad de un puente de cuerda que él mismo había mandado construir y que une las dos orillas de una profunda garganta; alguien corta las cuerdas y él se precipita al abismo. Peachy es crucificado y puesto luego en libertad como recompensa por haber sobrevivido. Al final de la película, al terminar éste su relato, presenta a Kipling como regalo la cabeza de Daniel, que aún lleva puesta la corona de Kafiristán. 

 

Aspectos interesantes

 

  • En una las más fugaces y extrañas carreras cinematográficas, Karroom Ben Bouih, que interpreta al sumo sacerdote Kafu Selim, debutó en el cine a la edad de 103 años. Huston le descubrió mientras trabajaba como vigilante nocturno en un olivar. En los primeros días todo parecía ir bien, pero el equipo pronto notó que el marroquí se dormía en los rodajes. La razón era que el pobre hombre había seguido con su trabajo de vigilante. Huston le hizo observar que con lo que iban a pagarle podía olvidarse de los olivos para siempre. Acabada la filmación, Huston lo llevó a que viera en pantalla lo rodado y el anciano consideró que a partir de entonces sería inmortal. 

 

  • Rodar esta película significó para John Huston el cumplir con su largo anhelo de llevar a la gran pantalla la obra de Kipling. Le había llevado varios guiones y bastantes años el lograr una versión definitiva de la historia y encontrar a los actores ideales para el proyecto. En un principio, Huston hubiera querido tener a Humphrey Bogart y Clark Gable, pero el tiempo pasó y fallecieron. Se pensó después en Burt Lancaster y Kirk Douglas. El proyecto siguió posponiéndose, hasta que en los 70 Huston contactó con Paul Newman y Robert Redford. Muy acertadamente, Newman aconsejó a Huston que contratara a actores británicos.

 

  • La película fue rodada en escenarios reales de Marruecos.

 

 

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